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Senda del Roblón de Estalaya

Una de las especies de roble más longeva de la Península Ibérica es el Roble Albar.

El Parque Natural de la Montaña Palentina posee extensos bosques de esta especie, con rodales muy puros en los que los viejos robles cohabitan con serbales, mostajos, acebos, tejos y todo un elenco de especies de fauna y flora asociada a sus ecosistemas.

La senda del Roblón nos conduce hasta los pies de uno de estos viejos robles, el Roblón de Estalaya. Como un atalaya, entre el bosque destaca este abuelo con más de 500 años de edad.

El sendero discurre por un bonito robledal, que nos conduce hasta las preciosas vistas del embalse de Requejada y los extensos bosques que tapizan el paisaje del Alto Pisuerga hasta los pies del Carazo.

El sendero se encuentra señalizado y pertenece a la red de uso público del Parque Natural de la Montaña Palentina.

dificultad:
Fácil
duración:
Medio día
recorrido:
Circular
distancia:
4.60 km
señalizada:
Si
desnivel de subida:
125 m.
desnivel de bajada:
125 m.
descargar Folleto Informativodescargar rutacómo llegar

Ruta y altimetría

Descripción

Tomando como punto de partida  Cervera de Pisuerga (CL-627) dirección a Potes, pasamos el puente del pantano de  Requejada y tomamos la carretera de la derecha dirección Herreruela de Castillería, a menos de 2Km. nos encontramos el aparcamiento para iniciar la ruta.

Al comienzo de la ruta pasamos un pequeño puente y  por la cola del pantano, seguimos el camino, bien señalizado y  al llegar a la bifurcación tomamos la senda de la izquierda que nos sube al Roblón por el valle. Tras atravesar una cancela metálica nos internamos en un precioso bosque mixto de hayas y robles, más adelante haciendo un desvío de la senda principal nos encontramos con  el “Roblón” de Estalaya. Su porte y altura nos sorprende agradablemente.

Roble albar (Quercus petraea). Su altura es de 17 m, y su perímetro en labase es de 10,6 m. Sobre la edad de este árbol, hay varias opiniones, tiene más de 500 años. Algunos expertos piensan que tiene 800 años, aunque muchos vecinos aseguran que pueden ser muchos más. En cualquier caso, este “abuelo”, como se le conoce entre la gente de la comarca, ha sobrevivido a un rayo que dejó marca en su porte y al hacha del hombre, que lo señaló para la corta hace cincuenta años aunque no se llegó a derribar. Hoy se encuentra incluido en el catálogo de árboles notables de Castilla y León. Podemos contemplarle protegido por una valla que rodea su impresionante perímetro y que es importante respetar. Tras pararnos a contemplar El “Roblón” el tiempo que consideremos, el camino sigue entre el bosque caducifolio, en el que encontramos, además de hayas (Fagus sylvática), robles albares (Quercus petraea) y rebollos (Quercus pyrenaica), acebos, espinos, guillomos, servales y mostajos. En las praderas y riberas de los arroyos podemos encontrar abundantes herbáceas, ranúnculos, menta silvestre, geranios, hierba de San Antonio, narcisos y primaveras. Más difícil será sorprender a la fauna forestal, siempre huidiza, aunque probablemente escuchemos los cantos de las aves escondidas en la foresta, y encontremos rastros del paso de algunos habitantes (pelos, excrementos, plumas…).

Descendemos por un vallejo hasta que volvemos a encontrarnos con el embalse, y el camino sigue paralelo al mismo, enlazamos con el tramo que anduvimos al inicio, y cruzando la cola del embalse por el mismo puente llegamos de nuevo al aparcamiento.
Embalse de La Requejada y pueblo de Vañes.

Distancia aproximada: 4,6km.
Desnivel: 125 m.
Duración: 1 hora y media.
Dificultad: fácil.
Época: todo el año.

Los árboles centenarios han sido venerados en todas las culturas, considerándose portadores de valores simbólicos tales como la sabiduría, la fecundidad, la experiencia. Sus entornos y cobijo de sus ramas sirvieron de escenarios propicios para la celebración de ritos mágicos, asambleas, fiestas y aquelarres. Incluso en nuestra moderna cultura, utilitaria y consumista, causante de la desaparición de bosques y especies diversas, se ha mantenido cierta veneración por esos árboles ejemplares. El roble ha simbolizado desde siempre la fortaleza y la majestad. El nombre científico del Género, Quercus, proviene según algunos del griego Kerkaleos (duro, áspero) y según otros del céltico quercuez (árbol bello). Por encima de todas estas virtudes habría que añadir la de la prodigalidad, ya que del roble, como del cerdo, se aprovecha todo. Se dice que los frutos de los robles, las bellotas, fueron alimento básico para los pueblos cántabros que poblaban estas comarcas antes de la colonización romana. Este roble legendario del monte de Estalaya, conocido como el Abuelo, es sin duda el de mayores dimensiones y más longevo de la Montaña Palentina y es posible que de toda la Península.

Sus señas de identidad son:
Nombre común: roble albar.
Nombre botánico: Quercus petraea Liebl.
Perímetro del tronco: 9,80 metros.
Diámetro aproximado: 3,17 metros.
Edad estimada: más de 1.000 años.

http://rutasgps.dip-palencia.es/r04/index.htm

Flora

El paseo por el bosque en el que habita este roble milenario nos permitirá disfrutar de especies de árboles y arbustos tales como robles rebollos y albares, hayas, acebos, espinos y guillomos, servales y mostajos. En las praderas y en las cercanías de los arroyos podemos encontrar mayor abundancia de herbáceas: ranúnculos, menta silvestre, geranios, hierba de San Antonio, narcisos y primaveras.

Fauna

Aunque sería muy raro cruzarnos con el oso pardo en nuestro paseo, es posible que algún ejemplar de la especie no ande muy lejos de allí, no en vano estamos en una de las zonas privilegiadas como uno de los últimos reductos de esta especie.

Estos bosques ofrecen refugio y sustento a otras especies de mamíferos como el corzo, el jabalí y el zorro, mustélidos como la comadreja, la garduña y el armiño; roedores, reptiles y una infinidad de insectos como mariposa y libélulas. Entre las aves podemos tener la ocasión de observar pinzones, herrerillos, trepadores, zorzales, torcaces, cuervos, águilas ratonera y culebrera.