Saliendo desde el antiguo puesto de la Cruz Roja, que está en la carretera CL-627, dirección Guardo, tras pasar el puente sobre el río Rivera, a unos pocos metros arranca a la derecha una pista forestal que atraviesa un robledal (Rebollo, Quercus pyrenaica) hasta llevarnos a un pastizal cercado, explotación ganadera, y ya con el pico Almonga de frente a nosotros. Cruzamos el pastizal, y nos adentramos en un robledal joven que medida que vamos tomando altura, se ira trasformando en hayedo, con ejemplares de porte considerable.
Continuamos por la senda, ascendiendo por la cara sur del pico Almonga. En algunos puntos del recorrido podemos observar las llanuras que nos ofrece el paisaje de la meseta castellana y que contrasta con las el paisaje montañoso que nos espera una vez alcancemos la cima. Nos encontramos en un punto estratégico, a caballo entre la meseta castellana y la cordillera cantábrica, dándose condiciones que favorecen especies de fauna y flora típicas de los dos ambientes. Bosques de hayas y encinas que se alternan lo largo de este tramo. Bosques habitados por especies de aves tan interesantes como: camachuelo, reyezuelo sencillo, mosquitero común, pito real, agateador común, trepador azul, el estival bisbita arboreo….
El último tramo de ascensión hasta el pico Almonga (1.520 m), sin senda marcada y por una ladera rocosa, es un poco más empinado, por lo que es recomendable subirlo en zigzag. Desde la cumbre del Almonga, seguiremos en dirección SE por el collado del brezal que nos lleva hasta la cumbre contigua, el Pico de las Cruces (1.566 m), con estupendas vistas, desde donde divisamos los embalses de Ruesga y Requejada, el valle de Tosande (famoso por su bosque de tejos) y las cumbres más emblemáticas de la Montaña Palentina: Espigüete, Curavacas, Peña Prieta, Peñalabra…. Además no es extraño ver grupos de ciervos (generalmente hembras y algún macho solitario, dependiendo de la época) pastando tranquilamente por estos valles y laderas.