Es éste un pueblo emboscado, escondido en el lugar más recóndito al abrigo de robles y hayas. Sus gentes trabajaron durante siglos la madera. Elaboraban puertas de haya, escaleras de mano, carretillos y otros objetos, que luego vendían en una ruta que les llevaba por la Valdavia hasta Sahagún, y a veces más lejos, a la provincia de Valladolid. Allí vendían sus productos y allí compraban vino, legumbres y trigo. Aquella tradición centenaria se perdió a mediados del siglo pasado, cuando también se dejó de fabricar el carbón de leña que se preparaba en el monte Canabijel.
En Rebanal pueden verse restos de la arquitectura tradicional y también alguna casa solariega. Pero sin duda su tesoro más preciado es la bella pila bautismal románica del siglo XII de la iglesia parroquial del Salvador.
Rebanal disfruta sus fiestas de las Nieves y el Cristo el 5 y el 6 de agosto, cuando también celebran unas interesantes jornadas culturales. Consultar en la Agenda de la página la programación. En este pueblo nació el Padre Santiago Díez, misionero y autor del primer catecismo católico publicado en la India.