En el Valle de la Ojeda, lindando ya con la Montaña Palentina, se encuentra Perazancas, también de Ojeda, un pequeño pueblo lleno de arte y de historia.
Además de su preciosa iglesia parroquial de la Asunción de estilo románico del S. XII, edificada sobre otra anterior, se encuentra la bella e inesperada ermita de San Pelayo, situada a la derecha de la carretera que une Herrera de Pisuerga con Cervera de Pisuerga.
Hay que llegar a Perazancas y solicitar la llave que abre este pequeño templo; siempre contra la fianza del DNI, que prestan amablemente sus vecinos orgullosos de poseer tan hermoso legado.Para acceder a la llave preguntar por la alcaldesa Felisa o en alguno de los bares del pueblo.
Como apuntaba, es una agradable sorpresa toparse con un estilo absidal lombardo tan lejos de su zona de procedencia. El templo es de nave única, orientado al primer vistazo ya se comprende la diferente hechura de nave y cabecera. Lo más probable es que la nave se arruinara y que conservando su perímetro y las puertas de acceso (la norte, cegada) fuera reconstruida y recrecida. Tiene dos ventanales aspillerados al sur y se edificó en mampostería y sillares en las esquinas.
Al interior, el templo está encalado y conserva un par de sarcófagos antropomorfos. Cubre con tejado de madera a dos aguas. En su muro sur abren dos ventanales derramados al interior y otros dos hay en el cilindro absidal. Restos de pinturas de buena hechura pueden contemplarse en su cabecera, que se compone de presbiterio atrofiado, cubierto por medio cañón rebajado. El cilindro absidal lo hace por medio de cuarto de esfera. Hay imposta decorada con ajedrezado jaqués clásico, recorriendo cilindro y presbiterio.
Hubo una portada hacia la cabecera del muro norte, en la actualidad tapiada y sobre la que se ha utilizado como soberbio dintel la lápida de consagración del templo (Imágenes 4 y 5). Gracias a ellas sabemos que se dedicó en 1076: “IN NOMINE DOMINI NOSTRI IHESU CHRISTI SUB HONORE SANCTI PELEG, PELAGIO ABAS FECIT IN ERA MCXIII OBSTINENTE REX ILLEFONSUS IN LEGIONE”. En la parte superior derecha de la lápida hay un pequeño y gracioso dibujo inciso representando esquemáticamente a un personaje provisto de báculo. Da la sensación de que comenzaron a representarlo mirando hacia el altar, con un perfil “naif”, y fue reconvertido a visión frontal añadiendo una nueva nariz y boca de gruesos labios (Imagen 4).
La cabecera del templo es estructuralmente lo más antiguo del mismo. Fue edificada con piedra sillar en hiladas isódomas. Se divide en cinco lienzos por medios de cuatro semicolumnas adosadas y dos lesenas marginales. Hay un ventanal aspillerado en el lienzo central y otro derramado al exterior y decorado con guardapolvo de ajedrezado jaqués con una mínima dobladura en su exterior, aunando hechuras lombardas con decoración jaquesa.
Las semicolumnas alcanzan hasta la cornisa, luciendo similar decoración que el friso lombardo-jaqués. Hay una serie de doce arquillos ciegos lombardos, en secuencia 3-3-3-3 que apean sin salmer en pequeñas ménsulas. Sólo uno de ellos tiene un tímpano entero (sobre el ventanal del lado sur). Tangente a los arquillos corre un friso doble compuesto de una especie de esquinillas, con la peculiaridad de que no se realizan con sillarejos colocados con un ángulo al exterior, como acostumbramos a ver en el lombardo “de pata negra”, sino que se tallan en bloques de arenisca al igual que el ajedrezado que se halla por encima (Imagen 5). También éste tiene una peculiaridad no frecuente: se logra a base de extraer del bosque de arenisca pequeños dados al tresbolillo. Similar hechura de ajedrezado la he visto en la iglesia superior de San Juan de la Peña de Huesca.
En la fachada de poniente abre la puerta de acceso al templo. Es de medio punto dovelada, peraltada, apeando en una pareja de columnas a través de capiteles de aspecto arcaico con sus cimacios (Imágenes 8 a 10). De hechuras mozárabes según García Guinea, deben de proceder de un edificio anterior al actual, del cual se reutilizaron materiales. También hay un sillar en primer lienzo del lado norte, bajo la tercera ménsula, que muestra parte de una cruz excisa (Imagen 5) de distinto eje al del sillar.
En el ábaco del capitel del lado norte, y en su cara interior, pueden apreciarse epigrafía en dos líneas. Se lee con claridad la inferior que dice: “PELAU” (Imagen 7) en referencia al santo patrón del templo.
La decoración pictórica, a pesar de estar bastante perdida, nos da buena cuenta de la importancia que la misma tuvo. El cilindro absidal se decoró con un pantócrator rodeado de tetramorfos, del que queda parte de su lado sur.
El cilindro absidal se decoró con un apostolario, seis a cada lado del ventanal central, del que quedan buenas muestras (Imágenes 6, 7 y 10). Por debajo, un alargado registro que parece representar parte de un calendario con representación de las faenas agrícolas (Imágenes 11 y12).
El detalle de la Imagen 12, muestra la delicadeza de la ejecución de las pinturas, con el detalle de los pliegues de las vestiduras y el detalle de las manos y vegetales que recogen. Pinturas cronológicamente del XII, y según refieren Cook y Gudiol, emparentadas con las de San Isidoro de León.
En fin, templo mozárabe en su origen, que devino en este bello ejemplar hibrido de lombardo y jaqués y que conserva pintura mural del XII. Motivos más que suficientes para deleitarse en su visita.