Fue declarada Monumento Histórico Artístico Nacional en 1977. Está situada, como su nombre indica en un alto que en tiempos albergó una fortaleza medieval. El edificio es de fábrica gótica del siglo XVI, aunque el verdadero interés del tempo se encuentra en el interior.
Destacan las bóvedas estrelladas de la nave central, la capilla mayor y el crucero, así como la capilla de Santa Ana, fundada por los Gutiérrez Pérez de Mier en 1480. Dentro de esa capilla funeraria se halla un excepcional retablo hispánico-flamenco, tallado en madera de nogal y policromado, con bajorelieves de Felipe Vigarny y León Picardo. En él se enmarca la magnífica tabla flamenca de ‘La Adoración de los Reyes’ realizada en 1495 por Juan de Flandes.
Cuentan que el autor se presentó con esta obra antes los reyes Católicos para solicitar el puesto de pintor de la Corte. El retablo mayor renacentista es obra del maestro cerverano Juan Gil de Barrio Palacio. Destacan en él sus bajorrelieves, el Calvario y la imagen de la Virgen del Castillo patrona de la villa junto con San Roque, talla románica de madera policromada del XIV. Otros elementos destacables son el gran Cristo románico de las Batallas y el museo de arte sacro que cuenta con documentos, piezas de orfebrería, objetos del culto y platería. La Capilla del Rosario posee y retablo barroco-rococó de nogal sin policromar de excelente factura. Es reseñable, asimismo, el esbelto pendón, baluarte de la villa que refleja en sus colores la importancia alcanzada en la Reconquista.